Chantaje

Los Rinocentauros sentían ganas de reír. ¿Estaban siquiera en posición de rechazar alguna oferta? Claramente, Lex podía presionarlos como quisiera y ellos probablemente obedecerían. Después de todo, nadie querría estar encerrado, incapaz de moverse durante años sin nada que hacer.

Sin mencionar... si se les permitiera moverse libremente por la Posada, podrían compartir información sobre ella en su grupo de chat y, con suerte, aumentar sus posibilidades de ser rescatados de alguna manera.

—¿Pueden... compartir los detalles del trato? —preguntaron vacilantes. Después de todo, Lex no podría esperar que aceptaran el trato sin conocer los detalles, ¿verdad? Afortunadamente, aunque Lex estaba completamente listo para aprovecharse de ellos, no era sádico en ello.