—Cuanto más crítica se volvía la situación, más calmado tenía que estar Lex —al darse cuenta de que estaba, muy literalmente, agotando su tiempo, Lex tenía que reconsiderar cómo enfrentar este desafío, o pronto moriría.
Para él, la amenaza de la muerte esta vez no era mayor que cualquier otra ocasión en la que se había enfrentado a la muerte. Por ejemplo, ser aplastado hasta la muerte por el aura de un dragón podría sentirse diferente a ser borrado del tiempo, pero ambos desenlaces terminaban con el mismo resultado.
Es por eso que, aunque el peligro provenía de una fuente mucho más poderosa de lo que Lex solía enfrentar, la presión que sentía era en realidad la misma. No solo había aprendido a tolerar esa presión, sino que en cierto modo también la disfrutaba.