Ese día

—Mary, tengo un problema pequeño, minúsculo, casi inconsecuente —dijo Lex mientras miraba el espacio vacío frente a él. No era consciente de lo que existía dentro, pero sus instintos claramente lo guiaban hacia eso, y con urgencia.

Casi como si se le estuviera acabando el tiempo.

—¿Qué pasa? —preguntó Mary, apareciendo en su hombro, esta vez vestida como vaquera. O, bueno, una versión muy Hollywoodense de una vaquera. Incluso tenía los pequeñitos pistolas de plata y todo.

—Nada demasiado serio. Tan solo que la anomalía con la que tenemos que lidiar, que acabará con esta burbuja temporal antes de que el tiempo se congele por miles de millones de años, matándonos a todos, está escondida detrás de un montón de fracturas temporales.

Señaló al montón de nada justo frente a él, como si eso fuera lo que estaba describiendo.