Control

Para cuando Lex y Giselle consiguieron poner sus manos en el noveno artefacto del imperio Selpak, solo habían pasado unas pocas horas. Con un destino claro que él podía sentir, la distancia no era inconveniente alguna para Lex. Solo enfrentaron una emboscada más, y esta vez los Profanitos les tendieron una verdadera emboscada en lugar de acercarse descaradamente a ellos a pesar de su superior número.

Fue durante esa emboscada que Lex notó que todos los Profanitos, a pesar de tener diferentes cuerpos, eran esencialmente clones, o mejor dicho, marionetas de quienquiera que les estuviera suministrando poder. Sabían todo lo que los Profanitos anteriores habían experimentado y así planificaron para ello.

Giselle también le había informado qué esperar al enfrentarlos. Básicamente, la energía Profana era la fuente de todo su poder y tradicionalmente les daba una inmensa ventaja sobre todos los que enfrentaban, incluidos los inmortales.