Desencadenado

Lex miró hacia la distancia hacia Jeffery, completamente imperturbable por su huida. El hombre era lo más cercano a pura maldad que Lex podría considerar. Pasó su tiempo en la Tierra, causando incontables conflictos, guerras y genocidios solo por su propio entretenimiento.

Además, no era solo el conflicto masivo lo que le entretenía. A veces, elegía específicamente a sus objetivos y los observaba sufrir a lo largo de sus vidas, ya que eso le proporcionaba un tipo especial de placer.

Tan repugnante como era, requería una mente meticulosa y metódica. Lex no lo creería si no tuviera varias contingencias planeadas.

Lex observó curioso como la masa y forma de su cuerpo parecían aumentar, convirtiéndose en algo completamente diferente de lo que era. Por un breve momento, casi le pareció Draconiano, pero Lex desechó esa idea. Con su dominio sobre la Dominación, ningún dragón cercano a él en el reino podía ocultarle su aura.