Ahora que sabía cuál era el objetivo de Ereboth, Lex se relajó. El poder radica en saber lo que los demás quieren. Con ese conocimiento, podía manipular la situación en su beneficio. Al principio, la única razón por la que estaba en desventaja era porque no sabía nada sobre Ereboth ni sobre sus intenciones.
Ahora, no solo había ganado ventaja, sino que también entendía sus intenciones, que eran ganarse su favor. Lex literalmente tenía toda la ventaja, así que se relajó y dejó que Ereboth hiciera el siguiente movimiento.
Moldearía la situación como arcilla, convirtiéndola en un resultado que considerara aceptable. Estaba especialmente interesado en el sistema de Ereboth y lo que se podía hacer con él. De hecho, incluso tuvo algunas ideas de cómo podría ser útil.
Desafortunadamente, Lex no podía realmente matar al malvado planeta y absorber su sistema, por lo que tendría que conformarse con otra cosa.