¿Cuántas cosas debo perdonarte, Madre?

—Félix —Sauce llamó.

Sus ojos brillaban de esperanza mientras miraba a su hijo.

Por supuesto, ella no era tonta. Sabía que Félix había sido quien la traicionó en primer lugar, esa era la razón por la que estaba en tal condición.

Pero, ¿qué podía hacer?

Ella podría estar completamente bien ahora,

Sin embargo, estaba rodeada por más de 30 Cultivadores de la Etapa de Santo, estos 2 Santos a su lado habían perdido ambos brazos, eran absolutamente inútiles y no vivirían mucho más.

Ella sola, no podría enfrentarse a todas estas personas, tampoco podría huir.

No tenía otra opción que acudir a Félix.

Ese niño amaba a su madre, ella lo sabe. Así que si intenta usar esa emoción, podría salir de esta situación.

Sí, Sauce estaba desesperada.

Ni siquiera se dio cuenta de Rune, que se suponía que estaba muerta, de pie justo al lado de Félix. Su mente estaba ocupada pensando en qué le diría a Félix y cómo saldría de esta situación.

—Félix... —llamó de nuevo.