Pensar que mi linda pequeña Mel…

—¡Mel! ¡Estás aquí! ¿Cómo has estado? —Lázaro, que rápidamente abrazó a su hermanita, preguntó con una gran sonrisa en el rostro.

—Hermano —Melia lo llamó, correspondiendo al abrazo.

El hermano y la hermana se abrazaron durante un minuto antes de finalmente separarse. Las sonrisas en sus rostros eran suficientes para decirle a los demás lo contentos que estaban los dos.

—Hermana Mel —las 3 esposas de Lázaro las llamaron también con sonrisas en sus rostros.

Una por una, Melia las abrazó a todas.

—Mel, es genial verte —Luciana, la primera esposa de Lázaro, habló con una sonrisa en su rostro.

—Ha pasado un tiempo —Melia sonrió de vuelta.

—¿Cómo va tu clan?

—Estamos ha- —Melia estaba a punto de responder, pero entonces,

—Melia… —Lázaro habló mientras estrechaba sus ojos.

—¿Hermano…? —Melia inclinó su cabeza, confundida.

—¿Qué hiciste? —Lázaro preguntó.

—¿Qué quieres decir, hermano? —Melia preguntó a su vez.

—Tu sangre…

¿Fue ese humano?