¿Puedo preguntarte algo?

—¿Dónde está ella? El Súcubo Primordial que nació, pensé que ustedes dos iban a buscarla.

—Un hombre barbudo con voz profunda preguntó.

Su rostro no era visible ya que la habitación estaba oscura, sin mencionar que las dos personas que informaban la situación no se atrevían a levantar la cabeza y mirar directamente al rostro del hombre.

Actuaban como si sus cuerpos se quemaran si miraran a los ojos de este hombre.

—P-Por favor perdónenos, Señor Aelarion, no pudimos traerla —informó el hombre.

Era un Cultivador Completo de la Etapa Divina, alguien que sería temido incluso por los líderes mundiales si alguna vez se acercara a ellos o mostrara siquiera una parte de su fuerza, sin embargo, frente a este hombre, no podía evitar inclinar la cabeza y temblar de miedo.

Este hombre era tan peligroso, después de todo. Sin mencionar que parecía haber fallado en una tarea tan simple.