—Lo que intento decir es... ¿qué tal si le ayudo a entender lo aficionados que son realmente sus pensamientos? Una vez que se dé cuenta de eso, obviamente cambiaría su forma de actuar, ¿no? —Lilith habló con una gran sonrisa en su rostro y al ver esa sonrisa, tanto Lilith como Allura fruncieron el ceño, no les gustaba ni un poco la sonrisa de la Progenitora Súcubo.
Sin embargo, Lilith ignoró por completo sus reacciones y, de repente, su expresión cambió, con una sonrisa burlona, chasqueó los dedos y,
*Crack*
El espacio se rajó.
Allura frunció el ceño en confusión, Aisha, por otro lado, sintió déjà vu. Igual que antes, el espacio a su alrededor se desmoronó como un espejo golpeado por una piedra.
Unos segundos después, tanto Aisha como Allura se encontraron dentro de la habitación de Aisha, nada a su alrededor cambió, o al menos eso es lo que creyeron, pero como sabían que eso no era posible, se giraron hacia Lilith que sonreía juguetonamente como si esperara a alguien.