—¿Quién eres tú? —preguntó Aisha con una mirada fría en su rostro. Toda la juguetonidad que tenía en su cara desapareció en un instante cuando confrontó al hombre frente a ella.
Nux inclinó la cabeza con una sonrisa confusa en su rostro.
—Querido, ¿de qué estás habla... —Pronto, sin embargo, la realización golpeó y una sonrisa coqueta apareció en su cara—. Así que vas a jugar de esa manera, ¿eh? Las súcubos de verdad son un grupo salvaje, ¿eh?
Diciendo eso en alto, Nux caminó hacia Aisha, sin embargo, al siguiente instante, un cuchillo apareció en la mano de Aisha mientras lo apuntaba hacia su cuello.