—Pediste algo de tiempo y generosamente te di suficiente. ¿Estás listo para nuestra apuesta ahora? —preguntó Lilith con su habitual sonrisa seductora en el rostro.
—Señorita Lili…
—No, no lo está.
Nux quiso responder, sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Vyriana se interpuso frente a él y habló, mirando a los ojos de Lilith con una expresión desafiante en el rostro.
Al ver su actitud, Lilith no pudo evitar inclinar la cabeza con confusión.
—¿Qué quieres decir?
—Por alguna razón, Nux y yo no hemos estado comunicándonos lo suficiente, por lo tanto, no fui informada sobre la apuesta que ambos hicieron hasta hace poco —Vyriana explicó la situación.
Sin embargo, su explicación no disminuyó el ceño fruncido de la Progenitora; más bien, su confusión se profundizó aún más.
—No entiendo cómo eso importa aquí —dijo Lilith.
Al ver su reacción, Vyriana también frunció el ceño.
Era como si estuviera pensando: «¿Cómo es posible que no entienda algo tan simple?»