*BOOM*
El Mana comprimido en el aire estalló. Aeliana y Vyriana, que estaban paradas frente a la explosión, podían sentir su cabello y ropa moviéndose con el viento. Sus ojos, sin embargo, estaban enfocados en el centro de la explosión.
—Su avance es más fuerte de lo que esperaba —comentó Aeliana con una mirada curiosa en su rostro.
—Ella ya podría ser considerada como una de las más fuertes entre nuestros guerreros.
El vampiro no se contenía con sus alabanzas.
Vyriana, por otro lado, simplemente se encogió de hombros.
—Ella me sorprendió, pero tengo mayores esperanzas para mi discípula.
—Cierto, esperas que derrote a ese monstruo, ¿no? —Aeliana se rió en voz alta, mirando a Vyriana con una expresión juguetona en el rostro.
—…
Vyriana no dijo nada y continuó observando a Evane, quien estaba a punto de levantarse.
—Él debería estar aquí en cualquier momento ahora —comentó Aeliana.