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Nux y Vyriana se miraron en silencio.
Mientras Vyriana tenía una mirada solemne en su rostro, Nux simplemente la miraba con su barbilla apoyada en su mano y una sonrisa juguetona en su cara.
En ese momento, los dos estaban sentados el uno frente al otro con una mesa entre ellos.
Honestamente, a Nux no le importaría mirar a su mujer por el resto de su vida, sin embargo, Vyriana no planeaba hacer eso.
—El trato era solo por un beso y lo hiciste… muchas veces…
El Dragón ni siquiera podía recordar cuántas veces había sido besada.
—Bueno, ¿importa? Fue solo un contacto entre labios, ¿no? Uno o muchos, no debería ser un gran problema para alguien como tú, ¿no? —Nux se rió por lo bajo.
—No se trata de eso, se trata de lo que acordamos. Has roto tu palabra.
El Dragón respondió con una expresión estricta en su rostro, sin divertirse en lo más mínimo. Ni siquiera consideró el hecho de que el último beso entre ellos había sido iniciado por ella.