El maestro del Valle del Dragón de la Nube era despreocupado y marchaba como le venía en gana. En un parpadeo, había desaparecido sin dejar rastro. Esto dejó sin palabras a Lu Ming.
—Noveno Hermano Menor, el maestro siempre ha sido así. Tiene una personalidad casual, ¡pero es extremadamente bueno con sus discípulos! —Long Yuanchuan sonrió a Lu Ming y explicó.
—Segundo hermano mayor, he oído que nuestro Valle del Dragón Nube solo tiene cien discípulos. ¿Es eso cierto? —Lu Ming preguntó con curiosidad.
—Así es. El Valle del Dragón Nube, incluyendo al maestro, tiene un total de más de 120 personas. Los otros valles tienen discípulos, diáconos y ancianos. Pero en nuestro Valle del Dragón Nube, no hay ancianos. La única figura sénior es el maestro y sus nueve discípulos centrales. ¡El resto son todos discípulos ordinarios! —Long Yuanchuan dijo.
—¿No hay ancianos? ¿El maestro es el único de la generación mayor? —Lu Ming estaba aún más curioso.