El tiempo pasó lentamente. Una hora, otra hora tras otra.
Habían caminado durante un día entero, pero todavía estaban en el pasaje. Era como si el pasaje realmente no tuviera fin.
Pero en este punto, nadie se rendiría. Todos continuaron avanzando.
Muy pronto, pasaron diez días, y todavía estaban avanzando en el pasaje.
En ese momento, muchas personas fruncieron el ceño. Por muy pacientes que fueran, no podían evitar sentirse un poco ansiosos.
—¿Este pasaje realmente conducía a la tumba del Rey de la reencarnación?
Sin embargo, dado que ya habían llegado tan lejos, era imposible retroceder. Solo podían continuar hacia adelante.
Pronto, pasaron otros cinco días.
—¡Puedo ver el final! —de repente, alguien gritó con emoción.
Frente a ellos, el pasaje finalmente estaba a punto de terminar. Desde la distancia, parecía ser una tierra de oscuridad.