Cuando vio a Qiu Ying Ying, Lu Ming tuvo una idea. Aumentaría la fuerza del alma de Qiu Ying Ying y le enseñaría la técnica de la espada divina. De esta manera, Qiu Ying Ying podría aplastar a otros genios del sexto nivel del reino real marcial solo con su fuerza del alma.
De esta manera, si Qiu Ying Ying participara en la subasta de tesoros, definitivamente daría a todos una gran sorpresa.
—Yingying, vamos a tu habitación. ¡Te ayudaré a aumentar tu poder del alma! —dijo Lu Ming.
—¡En! —Qiu Ying Ying asintió.
Lu Ming y Qiu Ying Ying fueron a su habitación. Lu Ming sacó un cristal de demonio maligno y ayudó a Qiu Ying Ying a refinarlo.
Con la ayuda de Lu Ming y la ayuda propia de Qiu Ying Ying, la velocidad de refinamiento de los cristales de demonio maligno se aceleró considerablemente.
Después de refinar uno, sacó otro. La fuerza del alma de Qiu Ying Ying aumentó explosivamente.