La impotencia de Lu Ming

Los ojos de Luo Shuihan recorrieron la escena. La intención de matar en sus ojos se hizo más fuerte cuando descubrió que Lu Ming había matado a tantos expertos.

—Lu Ming, ¿cómo te atreves a matar a tanta gente de mi secta del Dios Celestial? ¿Qué castigo debería recibir? —Luo Shuihan dijo fríamente.

—¿Qué castigo debería recibir? Qué risible. Tu gente de la secta Tian Shen me detuvo en el camino y trató de robar mi anillo de almacenamiento. ¿No debería matarte? —Lu Ming sonrió levemente.

—¡Tonterías! ¿Cómo podría la gente de mi secta del Dios Celestial hacer tal cosa? —Luo Shuihan gritó, luego se volvió hacia el resto de la gente de la secta Tianshen—. ¿Es cierto lo que Lu Ming dijo? ¿Trataron de robar su anillo de almacenamiento?