—En ese momento, ella no solo tenía que cuidar de su propia familia, sino también de sus suegros y de su propia casa. Siendo solo una persona dividida en tres partes, y además teniendo que trabajar, eso son cuatro partes. ¿Cuán ocupada debió haber estado?
—No importa lo que piensen los demás, como padres, ¿no deberíamos entenderla y empatizar con ella primero? Si no la entendemos, ¿cómo podemos esperar que otros lo hagan? Minimizar sus cargas tanto como sea posible es lo mejor que podemos hacer —dijo la señora Lewis—. Si podemos darle un respiro, entonces deberíamos.
—También pasamos por esa fase, sabemos lo difícil y ocupado que fue, ¿verdad? —dijo la señora Lewis.
—¡Humph! —dijo el señor Lewis—. Tú crees que eres la única que se preocupa por nuestra hija y sabe cómo ser una buena persona. ¿Crees que quiero que ella esté cansada?