Li Zeyan no miró a Di Chenxiao. Temía que su corazón se ablandara al ver la tristeza en su rostro.
Su hermana era más importante que Di Chenxiao.
¿Cuánto tiempo había estado con su hermana? ¿Cuánto tiempo había estado con Di Chenxiao?
No había comparación.
—¿Puedo ir al Siete Santo Continente contigo? —preguntó Di Chenxiao con una mirada firme en sus ojos.
—¿Qué? —Li Zeyan estaba atónito—. ¿Quieres ir al Siete Santo Continente conmigo? —preguntó con vacilación.
¿Hablaba en serio?
—Sí, ¿puedo? —preguntó Di Chenxiao.
—¿Puedes soportar separarte de este mundo?
¿Podría ese chico renunciar a su identidad como Rey Lobo?
—No me importa, siempre y cuando pueda sobrevivir —respondió Di Chenxiao—. Lo principal era el lado de Li Zeyan.
Él no diría estas palabras en voz alta. Sólo las ocultaría en su corazón.
—¿Ya no quieres tu identidad como Rey Lobo? —inquirió Li Zeyan.
—Es solo una falsa reputación. No es importante —afirmó Di Chenxiao.