Tras escuchar lo del sistema me fui y subí a mi piso y encontré a Camila comiendo, al verme llegar.
— ¿adónde fuisteis?, me dejasteis sola en este lugar sabes que la gente del edificio se está matando y no sabemos cuándo podrán llegar a nuestro piso. También sabes que ya no estás solo. así que me gustaría que la próxima vez me informes antes.
— lo siento mucho Camila, pero estaba en los pisos de abajo revisando y tu piso ahora cuenta con todo lo que tengo en mi piso y tranquilo por más que intenten entrar al piso cómo el tuyo cómo el mío no pondrá a menos que usted deje entrar a ellos.
Tras una plática le expliqué a Camila que ahora en su piso está la maestra y las chicas que ella protegía pude ver su cara de desagrado, pero no hizo nada y lo acepto sin decir nada.
Si más hablamos, mientras comíamos reímos cómo los viejos tiempos. Casi parecíamos una pareja casada.
Brome con ese comentario (parecemos una pareja de recién casada) pude ver su cara sonrojarse por el comentario.
Ella susurró con una voz Casi sin ser oída—¡no importa mientras seas tú!. Susurró
Al escuchar solo me reí. Ella pareció darse cuenta por qué empezó a patalear dando a entender que estaba molesta.
La tomé en un fuerte abrazo y le pregunté— ¿estás molesta por mi respuesta o por qué dejé entrar a otras mujeres?
—¡por las dos cosas Leo!— tengo miedo, Leo tengo celos de que estés con otra mujer.
Respondió Camila agarrando mis brazos con fuerza y acomodarse en mi pecho y empezó a hablar sin parar.
— en este tiempo que Hemos estado juntos te e llegado a querer al punto. Suspiró y continuó.
De que si tú no estás conmigo no podré seguir adelante, al principio no lo voy a negar al principio cuando te contacté por comida y recibir tu respuesta de subir, cuando salí de mi habitación y subir las escaleras con cada escalón que subía sabía que tú me ibas a pedir mi cuerpo. Serró los ojos y continuó
Tuve miedo y quería regresar, fungir que no había pasado nada, pero al final me llené de valorar y toqué tu puerta al entrar a tu cuarto llenó de cosas y estar caliente tuve que admitir que quería quedarme. ¿Soy una idiota no? Preguntó Camila
—no sé que decirte Camila– no solo tú eres consciente de esto yo también quería tenerte, pero sabía que también existía la posibilidad de no venir. Respondí apartando la mirada.
—¡qué tontos somos!–pero cuando me besasteis y tomates mi primera vez. Me dolió no solo el dolor físico me sentía asquerosa con cada toque. Que me asías, pero al final supe que tú me querías y deseabas, a tal punto que no podía salir de la habitación. Pero después de un tiempo ya no eras solo tú, sino que también quería que me vieras que me tenieras y al final caí rendida a ti Leo