Fang Yi es despedido

—San Jin, San Jin! ¡Escucha qué buenas noticias te traigo! —dijo Jing Fei al entrar.

—¡Ay, Hermana Yi también está aquí! Me asusté al verte. ¡Casi me matas del susto! —exclamó al ver a Hermana Yi y golpearse exageradamente el pecho.

Hermana Yi frunció el ceño y, pensando en las buenas noticias que Jing Fei acababa de mencionar, preguntó :

—¿Qué noticias? .

Jing Fei miró a Hermana Yi y luego a Qian Xin, y luego dijo despacio:

—Suspiro, ¿no has podido pagarnos últimamente? .

Jing Fei continuó:

—El Jefe no puede dejar que todos pasen hambre, ¿verdad? Por eso, acaba de buscar a Fang Ming y le pidió que solicitara fondos. .

Hermana Yi suspiró aliviada.

—De ahora en adelante, si el salario del departamento especial va a ser distribuido por los superiores, tu Grupo del Dios de la Fortuna solo existirá de nombre~! —susurró profundamente Jing Fei mirando a Qian Xin.

Qian Xin se levantó de un salto y escupió la raíz de hierba que había encontrado en algún lugar. —¿Y luego?