Xue Xi era primero china y luego una esper.
Como china, ¡debería ser protegida por el departamento especial!
El repentino cambio en la situación tomó por sorpresa a Fang Yi y a los ancianos.
Ella los miró a ellos y luego a Xue Xi, que estaba detrás de ellos. —Xue Xi, ¿estás dispuesta a dejar que estas personas luchen por ti?
¿Luchar por ella?
Xue Xi bajó la mirada y dijo lentamente, —¿Crees que realmente están luchando solo por mí?
—No, estás equivocado.
—¡Todos están luchando por China!
Si una organización internacional de esperes pudiera venir casualmente a China para capturar a una persona que nunca cometió un error, ¿qué posición tendría China en el ámbito internacional en el futuro?!
Ella lo vio muy claramente y lo entendió muy bien.
Si actuara como una santa y escapara ahora, haría que el departamento especial se sintiera amargamente decepcionado.
Al ver que no podía crear división entre estas personas, Fang Yi entrecerró los ojos.