Xiao Qiao, por favor no me dejes (9)

Cuando Qiao Lian era joven, solía practicar taekwondo. Como la delicada y bonita hija mayor de una familia acomodada, tenía mucho miedo al dolor.

Luego de recibir algunos moretones en su cuerpo, comenzó a hacer berrinches y su papá se compadeció de ella, así que no la dejó continuar con ello.

Cuando se quejaba de esto a Zi Chuan mientras jugaban, Zi Chuan respondió:

—Yo lo aprenderé.

La siguiente frase, obviamente, fue:

—Te protegeré.

Por lo tanto, nunca lo volvió a aprender.

Creía que cuando era niña su papá estaría allí para protegerla y cuando creciera, Zi Chuan estaría allí para protegerla.

En ese mismo momento, entonces de repente comprendió.

Papá no podría quedarse con ella para siempre... y en cuanto a Zi Chuan, eso ya era historia.

En ese instante, cuando vio la daga dirigiéndose hacia su rostro, quiso moverse, quiso esconderse, pero el hombre sujetaba sus hombros, inmovilizándola.