—¿Te casarías conmigo?
—¿Cómo podría decir que no?
Hace ocho años, su sueño había sido que algún día él pasara del mundo virtual a su vida real, y de la vida real al matrimonio.
Pero todos esos sueños se habían hecho añicos hace ocho años, después de esa reunión que se suponía que iba a tener lugar.
—¿Quién podría haber imaginado que después de tantos giros y vueltas en la vida, eventualmente estarían juntos de nuevo?
Aunque inicialmente fue por odio, de ese odio nació el amor.
Ella se conmovió hasta las lágrimas.
Se dio la vuelta y de repente dijo —Tengo que pensarlo.
No podía simplemente aceptar así como así. ¿De qué otra manera se justificarían todos los sufrimientos por los que había pasado?
Mientras miraba sus ojos, lo estudiaba con astucia —¿Cuánto tiempo necesitas para pensarlo? —preguntó él.
—Eso dependerá de tu rendimiento —respondió ella.
Shen Liangchuan dio un paso hacia ella —¿Qué tipo de rendimiento? ¿Rendimiento en la cama? —preguntó.