No había suspenso, este juego era para ganar.
Cualquier jugador ordinario se vería meramente decorativo al lado de un jugador destacado como Shen Liangchuan.
Al final, cuando el gran anuncio de que habían ganado se mostró en la pantalla, incluso Shen Zihao sintió la exaltación y el éxtasis. Ya había pasión fluyendo en su sangre.
Vió la luz en los ojos de Shen Liangchuan.
Se sentía como años atrás, cuando iba a la escuela con su Hermano Mayor. Caminar a su lado siempre le daba, sin falta, un sentido de orgullo.
Aún recordaba que cada vez que el profesor en la escuela mencionaba a estudiantes sobresalientes que habían graduado, el nombre de su Hermano Mayor inevitablemente surgía.
Su orgullo provenía de ser el hermanito de Shen Liangchuan, y todos sus compañeros de clase le envidiaban por tener un gran Hermano Mayor.
Su familia…
Él, su Hermano Mayor y Mamá… alguna vez habían sido tan felices juntos.
En realidad, no era como él había pensado.