Había encontrado finalmente la respuesta.
Si Xia Nuannuan no había tomado el dinero, y nadie más había estado en su dormitorio, entonces solo había una forma de que el dinero pudiera haber aparecido en la maleta de Xia Nuannuan.
La única forma era que... el dinero había sido llevado a la habitación por la persona que la registró, para difamar a Xia Nuannuan.
Shen Zihao se levantó y de repente sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.
Si esto era cierto, entonces esta situación tenía un significado completamente diferente.
Había alguien en la casa que quería tenderle una trampa a Xia Nuannuan. ¿Quién podría ser?
Shen Zihao apretó los puños con fuerza, sintiéndose de repente como si hubiera madurado.
Tenía que proteger a Xia Nuannuan, y tenía que protegerla bien.
Con este pensamiento, cogió el teléfono y dijo: «Mayordomo, ven un momento.»
Dos minutos después, se oyó un golpe en la puerta y el mayordomo dijo: «Joven Maestro.»
«Pasa.»
El mayordomo entró.