Eve Thompson, furiosa, le maldijo y colgó el teléfono.
Pero después de colgar, estaba preocupada de que su regaño no lo hubiera despertado.
Sintiéndose conflictuada un rato, Eve llamó —¿Carlos Charlie, cariño?
—Mamá~
Carlos Charlie estaba acurrucado en su caparazón junto a su almohada, planeando hibernar. Al oír su voz, sacó su pequeña cabeza y halagó —¡Te veías tan genial cuando estabas regañando a papá hace un momento!
Eve: ...
Retorció la comisura de su boca —No te estaba preguntando eso.
Carlos Charlie:
—Entonces, ¿qué quieres preguntarme?
Los ojos de Eve dieron vueltas y abrió la boca —Así que, estando tú así, ve a la Residencia Charlie y mira si ha comido.
Carlos Charlie soltó un —oh, se desprendió de una parte de sí mismo y entró en la red de la Residencia Charlie. A través de las cámaras instaladas, miró a su alrededor y luego dijo —Mamita, por suerte papá está en el estudio; hay una cámara allí. Si estuviera en el dormitorio sin cámara, ¡no podría ver nada!