Carlos Charlie ni siquiera había abierto la boca cuando de nuevo resonaron las palabras de Alexander Thanos —Además, ambos somos AI. ¡Tú lo sabes tan bien como yo, tú no puedes matarme y yo no puedo matarte!
Carlos y Alexander Thanos, siendo AI superinteligentes, tenían sus códigos fuentes escondidos en el vasto mundo de la red. Era como verter una bolsa de sal al mar—¿quién podría sacarla de nuevo?
Así que incluso para Alexander Thanos y Carlos, realmente no había cuestión de quién podía eliminar a quién.
Alexander Thanos seguía causando destrucción, y todo lo que Carlos podía hacer era seguir resistiendo.
Al igual que Eve Thompson, trabajando incansablemente de día y de noche para asegurar la seguridad.
La única ventaja que Carlos tenía sobre Eve era que él era un AI; él no se cansaba...
Alexander Thanos continuó —Mi propuesta es buena, ¿verdad? ¡Únete a mí, y juntos podemos gobernar el mundo entero!