Esto era exactamente lo que le daba dolor de cabeza a Chai Xiyang.
Pero no era un hombre indeciso. Tras un momento de reflexión, dijo indiferente —No hay nada que podamos hacer. Depende de ella superarlo. No puedo darle lo que quiere, inevitablemente la lastimará.
Qiao Ning apretó su mano, diciendo generosamente —Hermano, quizás podamos encontrar una manera de compensarla. La Señorita Lin no solo tiene buen corazón sino que también es muy inteligente. No te preocupes, ella definitivamente llegará a entenderlo pronto, ya no se torturará más.
Chai Xiyang no esperaba que ella dijera esto y se sintió profundamente conmovido cuando no mostró celos ni enfado.
¿No ha sido siempre Qiao Ning una chica tan bondadosa?
Chai Xiyang le acarició la cabeza —Deja el trabajo de enmendar esto en mis manos. ¡No tienes que preocuparte por nada! Descuida, no dejaré que estas cosas afecten nuestra relación.
Qiao Ning asintió, sus ojos llenos de confianza —Mmm, ¡te creo!