Justo mi suerte, el teléfono celular de Wei Zhijie estaba fuera de servicio…
Yun Shan no tuvo más remedio que recurrir a Hai Lan en busca de ayuda.
—Hermana, ¿qué debo hacer? ¡Algo ha salido mal! —dijo Yun Shan con ansias.
—¿Qué pasó? Tómatelo con calma y cuéntame —se puso nerviosa Hai Lan al escuchar esto.
—Hermana, no sabía que abrir una cafetería requería una licencia de negocio. Ahora quieren sellar mi tienda y están hablando de multarme. No puedo contactar al Hermano Zhijie, así que no tengo más remedio que acudir a ti —al otro lado, Yun Shan estaba tan ansiosa que casi lloraba.
Era la primera vez que trataba con un problema tan importante...
Hai Lan estaba algo sin palabras. Yun Shan ni siquiera sabía sobre la necesidad de tener una licencia de negocio para abrir una tienda...
Recordó que mamá le había recordado eso, ¿no es así? ¿En qué estaba pensando en ese momento?