—En ese momento, afortunadamente, ayudaste a cuidar de Yun Shan y aligeraste mucho nuestra carga —dijo la madre de Hai Lan.
—Sí, Yun Shan fue prácticamente criada por ella.
—La hermana que crió sola por fin está empezando a devolverle el favor... —consideró Hai Lan.
—Si dijeras que Hai Lan detestaba a Wei Zhijie, en realidad, odiaba aún más a Yun Shan.
—Ella había invertido más emoción en Yun Shan que en Wei Zhijie.
—Pero ahora, quien más la había herido también era Yun Shan...
—Sin embargo, no importa, ¡porque les devolverá el daño que le han causado, poco a poco!
—Mamá, ¿parece que Yun Shan ha estado bastante ocupada últimamente? —preguntó casualmente Hai Lan.
—Sí, muy ocupada, saliendo temprano y regresando tarde. Apenas la veo. Al principio, cuando quería abrir el café, me opuse a ello, temía que no pudiera manejarlo. Pero ahora, viendo lo duro que trabaja, estoy algo aliviada —respondió la madre de Yun.