—En cuanto a Yun Shan, ella era su verdadero amor... Pero no podían estar juntos abiertamente, así que no tenía más remedio que dejar que Yun Shan sufriera en silencio.
—Afortunadamente, Yun Shan era tan bondadosa que no podía soportar hacerle daño a Hai Lan, o de lo contrario él no sabría qué hacer.
—Hai Lan no tenía idea de lo que pasaba por la mente de Wei Zhijie. ¡Si lo supiera, vomitaría!
—Hai Lan compró muchos regalos para la Familia Wei, todas cosas que les gustaban.
—Estaban los tés que al Padre Wei le gustaban y los suplementos que a la Madre Wei le gustaban.
—Hai Lan siempre era tan considerada, siempre comprando muchas cosas que disfrutaban, y los padres de Wei Zhijie se encariñaban aún más con ella.
—Además, Hai Lan incluso cocinaba personalmente para ellos, preparando varios platos.
—La cocina de Hai Lan era excelente; tanto el Padre Wei como la Madre Wei no podían dejar de alabarla.