🤍 YUKI ZURUMI 🤍
La temperatura de la habitación se estaba tornando cálida, a medida que pasaban los segundos los jadeos de mi boca salían cada vez más rápido. Baje la mirada y vi el torso desnudo de mi hermana, con unas cuantas gotas de sudor, mis manos sujetando su cintura. Seguía embistiéndola lo más rápido que podía, sus paredes vaginales hacían una muy buena presión sobre mi miembro de succubo que se encontraba perforándola con fuerza.
Subí un poco la mirada y vi a mi hermana gemela Sumi, con una sonrisa y una expresión de lujuria en su rostro. Tenía sus manos en la cabeza de nuestra hermana, y al igual que yo se movía a ritmo constante, solo que ella metía su miembro de succubo dentro de la boca de Gise. Su cuerpo era idéntico al mío, el tamaño de sus pechos, la cintura y la forma curvilínea de sus caderas, era como si me estuviera viendo a un espejo.
Ella estaba disfrutando de como Gise se la chupaba, y no tenía dudas de que nuestra hermana menor lo hacía demasiado bien con su boca. Unos segundos después cerré los ojos, y de inmediato apareció aquella escena frente a mí.
Mamá Miyako y mamá Hyuna recostadas en la cama, desnudas con su espectacular cuerpo, con sus lenguas danzando juntas a los lados de un miembro grueso y largo, palpitante. Se la estaban chupando de una manera estupenda a mamá Ritsu, ella jadeaba mientras acariciaba sus cabezas. Pronto la escena cambio, mi mente comenzó a jugar guiada por la excitación que sentía y por los gemidos lejanos que escuchaba de mis madres.
Miyako se encontraba recostaba, encima de ella estaba mamá Hyuna, apenas podían acercarse debido a que sus pechos chocaban y no les permitían juntarse demasiado. Se besaban, con una intensidad desesperada, mamá Hyuna tuvo que separarse para dejar salir sus fuertes gemidos. En eso Miyako aprovecho para comer de su cuello y manosear el trasero de mi mamá, tan redondo y suave. Y no eran las únicas manos que se encontraban allí.
Las manos de mamá Ritsu estaban en la cintura de Hyuna, sosteniéndola con fuerza mientras la penetraba por atrás, en ese momento mamá Hyuna no paraba de gemir y gritar. Comenzó a moverse con fuerza lo que causo que mamá Miyako lo sintiera, ella también soltó varios gemidos. Luego se movió debajo de Hyuna causando que sus labios vaginales se frotasen, todo esto mientras Ritsu seguía metiéndosela a Hyuna sin detenerse.
—¡¡¡AAAGGGHHH!!! ¡!ONEE-CHANN!!~~~ ¡¡AAAYYYHHH!!~~~
Ese grito me hizo abrir los ojos, era la voz de mi hermana Gise, estaba arqueando la espalda y gemía con demasiada fuerza. Tenía clavaba mis garras alrededor de su cintura, mi cola se había enrollado alrededor de su muslo izquierdo, presionándolo mucho. No me había dado cuenta, pero de mi miembro comenzó a salir el líquido caliente que llenaba el interior de mi hermana. Me corrí dentro de ella, Gise con una sonrisa placentera recibía el semen blanco en su interior.
Aparte mis manos de su cintura y allí donde estaban mis garras clavadas se veían unos puntos rojos, unas pequeñas gotas de sangre salían del cuerpo de mi hermana, allí donde le había clavado mis garras de succubo. Afloje la presión de mi cola en su muslo y se pudo ver una leve marca, un camino que empezaba cerca de la cintura de mi hermana, iba alrededor de su muslo y terminaba cerca de su rodilla.
Me aparté, sacando mi miembro de su interior, y de la vagina de Gise comenzó a caer algunas gotas blancas, me había corrido mucho dentro de ella. Estaba un poco preocupada y sorprendida, no recordaba cuando había tomado un rol más abusivo, ni siquiera recordaba que estaba follando a Gise. ¿Acaso me había dejado llevar? ¿Mi mente estaba tan inmersa en esa escena de mis madres que...? ¡¡Había pensado que yo era la que se la metía a mamá Hyuna!!
¿En serio aquella escena que vi de mis madres fue tan estimulante que comencé a fantasear con ellas? Mi mente y mi cuerpo empezó a desear tanto a mamá Hyuna y mamá Ritsu que comenzaba a fantasear con ellas e imaginarme como si las estuviera follando de verdad. Fue por eso que trate de esa forma a Gise, pensando que me estaba cogiendo a mi madre.
Una sacudida me saco de mis pensamientos, mi hermana Gise se había acercado a mí, con los brazos abiertos rodeo mi cuello y acerco su boca para besarme. Correspondí a su beso de inmediato y mis alas se movieron emocionadas.
—¡Onee-chan eso fue estupendo! Me encanto la forma en la que me cogias~ ¿por qué te detuviste? Quiero que sigamos haciéndolo de esa forma~ —me dijo mi hermana con una sonrisa traviesa, embobada por la lujuria y pasión.
Ella bajo su mano con la intención de tomar mi miembro, pero este ya había desaparecido. Mi hermana Gise se veía complacida, desesperada por más placer como siempre, cada vez que cogíamos las tres juntas siempre era ella la que quería más y más. No me sorprendía que le haya gustado la forma de como la trate recién. Si supiera que no fue por ella sino por nuestras madres que la había cogido de esa forma.
—Oigan, oigan, no se olviden de mí... —dijo Sumi uniéndose, tomando la cintura de Gise por detrás.
—Recuerda que esto es un trío Gise... yo también puedo darte lo que mi hermana te dio~ —le susurro mi gemela en su oído.
—Incluso mucho más~
Estaba segura de que Sumi presionaba con fuerza su miembro contra el trasero de Gise, lo podía notar en la expresión de deseo que había puesto nuestra hermana menor.
—Onee-chan~ ¿Qué esperas para hacerlo? Metémela y no pares nunca~~ —le pidió Gise a mi hermana, con un tono de súplica.
Ella se dio media vuelta y de inmediato se pegó a la boca de Sumi. Ellas cayeron en la cama y mientras Sumi tomaba con fuerza las caderas de Gise, nuestra hermana menor comenzó a acomodarse. Separo las piernas a los costados de Sumi y levanto sus caderas, con una mano se ayudó y metió el miembro de Sumi en su interior. Mientras Sumi entraba más profundo en ella, Gise dejaba salir varios gemidos de placer.
En poco tiempo las dos comenzaron a gemir con fuerza, Gise debido a como el miembro de Sumi entraba y la penetraba. Y Sumi a causa de los saltos y sentones que Gise le estaba dando, seguramente presionando con demasiada fuerza el miembro de esta en su interior.
Si me concentraba y escuchaba bien, en este momento había cinco mujeres gimiendo al mismo tiempo en la casa. A lo lejos podía escuchar los gemidos de mis madres, que seguro la estaban pasando demasiado bien en su habitación.
—Bueno, no se olviden que esto es un trío, yo también puedo unirmeles~
Me había acercado por detrás de Gise y la abracé, pasado mis manos por debajo de sus brazos. No iba a permitir quedar fuera de la fiesta. Acerque mis labios al cuello de Gise y lo saboree por varios minutos. Mis manos tomaron ambos pechos de mi hermana, los cuales sentía como se movían de arriba a abajo, debido a los saltos que estaba dando encima de Sumi.
Escuchaba sus gemidos claramente, como si los estuvieran gritando sobre mis oídos. El trasero de Gise me daba algunos leves empujones, cuando me di cuenta nuestras bocas ya estaban unidas. Mi lengua bífida se enrolló en su lengua y la succionaba con demasiada fuerza para saborear todo de ella.
En un momento sentí como algo tomaba mi pierna, trepaba por mi muslo y terminaba en la entrada de mi vagina.
—¡Aaaahhhh!~ Sumi... que estas... ¡¡Aaahhhhggg!!~
Solté un gemido fuerte cuando la cola de Sumi entro por mis labios vaginales y se metió dentro. Sin preguntar ni pedir permiso ella metió su cola de succubo dentro mío y comenzó a penetrarme con ella, lo que me causo un breve momento de placer que disfrute con gusto.
—Aaahhhh~ no es justo que solo disfrutemos con Gise... ¿Verdad? ¡AAAHHHGGG!~ Siii~~
Nos había dicho Sumi para luego dedicarse a gemir y disfrutar como Gise se la follaba.
Ahora éramos las tres que gemíamos en nuestra habitación, se escuchó una nalgada y luego el ritmo de los resortes se hizo más constante y ruidoso. Podía escuchar a Gise gemir con fuerza y pidiendo más, a Sumi diciéndole entre gemidos que no se detuviera y que siguiera saltando con más fuerza. Yo me aferraba a los pechos de mi hermana mientras sincronizaba mi ritmo con el de ella, para mover mis caderas al mismo tiempo, disfrutando de como la cola de Sumi entraba y salía dentro de mí.
Estábamos muy unidas, demasiado juntas, tal como las buenas hermanas deben estar. Y yo no quería separarme nunca de ellas. A lo lejos también se podía escuchar los gemidos de mis tres madres, en su habitación disfrutando de sus hermosos y voluptuosos cuerpos, esta noche era la primera vez que toda la familia se encontraba feliz, disfrutando y complaciéndose al mismo tiempo. Las seis mujeres gemíamos juntas, al mismo tiempo, y una parte dentro mío comenzaba a desear que algún día esos seis gemidos diferentes se oyeran en una misma habitación.