Prólogo

Los dorados rayos del atardecer entran por las ventanas de un cuarto de hotel entibiándolo mientras dos chicas tenían sexo intenso que sacudía la cama convirtiendo esa tibieza en sofocante ardor donde se amaban empapadas hasta sus largos cabellos del sudor, saliva y lubricante, una encima de la otra, la de arriba armada de un arnés con un dildo le hacía una constante penetración por atrás a la de abajo sin compasión a la vez que lame su cuello y nuca y pellizca fuerte sus pequeños pezones, la pasiva mientras está siendo embestida de manera constante trata de ordenar sus pensamientos tratando de recordar cómo llegó a esa situación pero la intensidad de la estimulación no la deja concentrarse, además sin saberlo está dopada y todas sus sensaciones corporales amplificadas y acompañadas de una intensa ola de placer, cada toque y roce se volvía tan exquisito que no paraba de jadear, sorprendida de sí misma por la manera tan descarada de entregarse y pedir sexo más agresivo.

- Es... espe.. ra, siento... mareo... Ye... rai... spe... ra... a... aaaAAHH

- ¡Ama Yerai, mierda!, ¡no se te olvide so atrevida! - Yerai saca el juguete del cuerpo de la chica, sólo para castigarla con muchas nalgadas fuertes y sonoras, a continuación agarra un envase de lubricante, lo mete en el trasero de la pasiva y lo estruja para verter todo su contenido dentro, toma firmemente su herramienta y sin ninguna consideración le abre las nalgas y la mete de golpe entera dentro de la chica sin dar tiempo a que dilate, el dolor estremece a Indigo, quien aprieta fuertemente la almohada que tiene bajo su cabeza, pero a continuación una ola de placer producto de la sensibilidad la sacude, el roce contínuo en su empapado esfínter se le hace tan sabroso que el placer inaguantable la hace hundir el rostro en la almohada, recorriendo un cosquilleo por su espina dorsal, toda clase de fluídos brotan de su cuerpo con un obsceno ruido de líquidos y carne como chapoteo al compás de la penetración mientras su respiración se agita y no para de jadear, sudor, lágrimas...

- ¡AAAAHHH!... Ama... Yerai... 

¿Qué querís?, no tenís que pensar en nada más que gozar, y no me voy a detener ahora, perra de mierda, no tenís derecho a hablar, ¡TOMA!

- G... gaaaAAAH!!! ¡¡¡DAME MÁS... ah... RRRREVIÉNTAMEEEH!!!

- ¡Así es, grita perra... admite que te gusta! - Yerai se acuesta sobre Indigo y tiende a resbalar de lo mojadas que están ambas a lo que abraza a Indigo metiendo sus manos en el plano pecho de Indigo y pellizca fuerte sus pezones mientras continúa su faena sin parar a mayor velocidad

- AAAAYYY... YYIAAAAAHHH!!!- Yerai se abalanza sobre la espalda de la chica y lame su nuca y cuello

- Así es perrita, no tienes que decir nada, sólo te autorizo a gemir, tu única obligación acá es darme placer y gozar

- Ngghhyyy... aahhhh... ahhhh... hhh...

- Oooohhh... mmm... ¡Rico!, ¡regálame tus gemidos y espasmos que me prendes!, así es, no pienses en nada, sólo goza - Yerai continúa besando y lamiendo el cuello de la chica desde la espalda, quien se retorcía como culebra atrapada, dándole pequeños mordiscos en la oreja, ella finalmente se rinde, hunde su cara en la almohada apretando fuerte la sábana con sus manos y deja su cuerpo a disposición de Yerai, quien continúa sin misericordia y con la impetuosidad de una vigoroso macho...

- Ufff... ufff... ahh... ahh... iiaaahhh... !!

Yerai saca su falo de látex y lo enrostra a Indigo, dándole golpes con él en las mejillas;

- ¡Mira, Indigo! ¿Te gusta mi pichula?, ¡Dime!

- ¡Siii, me encanta!

- ¡Dilo!

- ¡Me gusta mucho mucho tu pichula! - Indigo lame el dildo con todos sus fluídos y espuma, de pronto Yerai la aparta tirándola del pelo para volverla a penetrar

- Gimes como una gatita mimosa, ¡y eso me provoca aún más, en premio te voy a dar más duro! - Yerai aumenta el ritmo y folla como endemoniada, al cabo de un rato se puede ver el trasero de Indigo completamente lleno de blanca espuma por el constante y energético embutir del miembro artificial.

- ¡¡¡aaaAAAAAHHHHH!!! ¡¡¡¡ESTÁ MUY RICO!!!!... ¡¡¡DESTROZAME POR FAVOR!!!

En el momento en que Indigo va a acabar Yerai va y le tapa la nariz y la boca mientras sigue penetrándola, en apnea Indigo finalmente acaba en un intensísimo orgasmo que arquea su espalda y un fuerte grito ahogado por las manos de Yerai, al cabo del cual Yerai libera sus vías respiratorias.

Cuatro horas después ambas están en la cama, está anocheciendo, Yerai duerme acostada de espalda, sudorosa y sonriente, con la chica a su lado, acostada de vientre y sobándose su enrojecida nalga, aún con el corazón acelerado y jadeando, sudorosa y mojada pero pensativa, los fluídos de ambas se mezclan en sus cuerpos y las sábanas, aún mareada y tratando de sobreponerse a la conmoción y de ordenar sus recuerdos.

- Ayyyy, mi cabeza, siento un mareo terrible, además… mi cuerpo se siente raro… q… quien… está junto ami… ¿Yerai? ¿Cómo llegué a esto... perdí la noción del tiempo... está obscuro… aaaayyy... qué hora será... cómo llegué a este lugar...? mi culo... ah ya veo, a pesar de todo no duele mucho... Tengo que recordar...

La chica trata de ordenar sus confusos recuerdos de manera infructuosa, aún está acostada y hace un intento de levantarse, pero está todavía mareada, además no tiene fuerza en las piernas y se desploma al suelo, al menos, alfombrado, por lo que tiene que volver arrastrándose a la cama y quedarse un rato más acostada

- N… no puedo… no… puedo… recordar… tal vez, tomé algo… otra cosa... no sé… jamás he tomado… ni alcohol…

Finalmente, la chica está acostada de espalda, su mirada mirando al techo, empapada de sudor y sus partes íntimas cubiertas sólo por una punta de la sábana, tiene un bello y fino rostro, pero su cuerpo es igual de fino, pálido y lampiño, casi no tiene pechos, en un momento por la humedad de su cuerpo le entró frío y se cubrió.

Ha pasado un largo tiempo y ya está sentada en la cama tratando de ordenar sus pensamientos, con la mirada perdida, de pronto reacciona y observa que su compañera aún duerme a su lado sonriente de satisfacción pero aún tiene miedo de moverse y levantarse, no tiene pleno control de sus movimientos, más aún de dejar a la otra sola en ese lugar, pero su compañera no da señales de despertarse todavía.

- ¿Acaso no piensa despertar?, ya es tarde, si no me apuro no alcanzaré a llegar a casa... ¿Qué hago?... Tengo varios problemas ahora mismo, no tengo más ropa que esa... ¿Dónde habrá quedado mi ropa y qué explicación daré en casa si me ven con esto?, Yerai que no despierta y lo otro, este mareo aún no se pasa del todo... qué se le va a hacer, tengo que reponerme pronto para volver a casa...

La chica con dificultad logra ponerse de pie, sus piernas tiemblan sin fuerzas, y tambaleándose comienza a recolectar la ropa repartida por la habitación que usó antes del encuentro, por momentos tiene que afirmarse en las paredes para no caer, sin atinar a encender las luces de la habitación, el esfuerzo la deja cansada por lo que con su ropa en la mano vuelve a sentarse en la cama, la habitación está en penumbras, sólo entra la luz de afuera junto con el ruido del tráfico lo que añade angustia a su situación.

- Aún tengo mareo y mi cuerpo está débil, en la cama era otra cosa... ¡pero trato de ponerme de pie y no puedo!... pero trataré de no volverme a acostar... cómo llego a mi casa... no sé si llamarle a esto diversión... quiero irme de acá... esta... Yerai... debió darme algo... esto es malo... muy malo... para peor sólo tengo estos trapos para ponerme, que no cubren nada... si salgo así pareceré una ramera... ¡Qué vergüenza!... ¡Aaaahhh qué hago!... tranquilo Indigo, lo peor ahora es caer en pánico... quiero agua...

Como pudo se vistió lentamente y con resignación, y a tambaleos va al baño, en el camino cae y gateando llega su objetivo, apoyándose en el WC y el lavamanos con dificultad se pone de pie, ahí bebió bastante agua y salió de la habitación apoyándose en las paredes, en el pasillo se detuvo un minuto;

- Al menos ya puedo caminar y pude saciar esa sed que me mataba... el mareo ha pasado un poco... menos mal que son zapatos taco bajo – De pronto se detiene frente a un espejo y se mira – Pucha… es lo único que hay… es tan poca tela, pero tampoco puedo salir a la calle en pelotas, no queda de otra…, espero que nadie se dé cuenta… ¡Dónde habrá quedado mi ropa! - Se acomoda su cabello y sale.

Así la chica sale del hotel y se va caminando por las calles embargada por la humillación, lenta y torpemente como una borracha, sin dinero ni documentos no tiene otra que atravesar la ciudad a pie, con sus piernas aún débiles y el mareo y jaqueca en su cabeza, camina como autómata las muchas cuadras que tiene por delante, ya es de noche pero aún hay movimiento, principalmente de la gente que vuelve a sus hogares después de la jornada laboral, se ve que es una chica delgada y baja, con un pequeño vestido que apenas le tapa el torso dejando sus brazos, hombros y piernas desnudas, que se ve aún más frágil y vulnerable con su tambaleo, los efectos del dopaje aún no se han disipado por completo, caminando, de pronto algún silbido, piropo o toque de bocina de los automóviles que transitan a su lado lo sobresaltan de su letargo, los ruidos bombardean su cabeza y presiona su frente con su mano, también varios tipos atrevidos le preguntan cuánto cobra la hora, su camino está envuelto en el acoso de los desconocidos, pero prefiere ignorar a los impertinentes, es de noche, tiene frío con tan poca ropa y el miedo la embarga, el camino a casa resulta ser un calvario interminable que la pone al borde del pánico.

- Cálma Indigo... calma... calma... es increíble... ¿Cómo pueden ser así los hombres?... incluso a mi, sólo por... llevar falda... tal vez... no paso piola... brrrr.... más encima este frío...

De pronto un automóvil desconocido se detiene a su costado

- Oye, chica, ¿Quieres que te lleve?, ven, sube

La chica lo ignora completamente y acelera un poco la marcha, pero el mareo hace que se tambalee, el automóvil va siguiéndola a velocidad humana

- Hey, vamos, sube, no seas tímida, te conviene que te lleve

Pero la chica acelera su marcha esforzándose en huir caminando rápido a pesar de su estado, el miedo la embarga cuando de pronto ve un almacén abierto, al cual se mete para refugiarse, el automóvil se queda un minuto esperando y emprende la marcha, luego ella mira a su alrededor y ve la máquina de las bebidas, palpa el vestido por si encuentra algo y por suerte encuentra apenas un billete en un bolsillo que le alcanza justo para una botella de bebida isotónica y un yogurt.

Pero recién se percata de los que están alrededor, tres señoras de edad y un hombre también maduro que conversaban animadamente y que al entrar la chica enmudecieron. Cuando Indigo se acerca para pagar por sus cosas las personas la observan, Indigo muerta de vergüenza apenas le sale la voz

- p... pa... págue... se... p... por... favor...

El señor sin responderle le recibe el billete y luego de una espera que se hizo eterna, le entrega unas monedas de vuelto.

-Ahí tienes, niña

- Gr... gra... gra... cias...

La humillación que sintió al ser observada con escrutinio le hizo querer desaparecer de ahí pero estaba tan entumida que apenas salió lentamente. Ya afuera del almacén bebe y eso la reconforta pero aún está con frío.

- ¡Dios, eso fue demasiado, no tengo mi mochila con mi ropa, mi chaqueta, hasta las llaves y el celular están ahí, que estupidez!, ¡fuera del frío, qué explicación daré en casa si me ven llegar así!... preferiría morirme…

Gracias a la bebida recupera mejor sus sentidos y continúa su largo camino entumecida. Al cabo de media hora ya casi llega su hogar luego de una travesía de dos horas caminando, es un departamento dentro de un condominio;

- ¿Qué hago?, el conserje no me va a reconocer con esta pinta, tendré que sacarme la peluca, ¡Qué plancha!

Pero antes de llegar a su hogar un automóvil que cree reconocer y le provoca escalofríos está esperando afuera,

- ¡No puede ser, el acosador de antes!

Pero luego se baja una chica

- ¡Indigo, tu ropa!

Le lanza una mochila y una chaqueta que caen a los pies de nuestra protagonista, pero rápidamente vuelve al auto y se marchan rápidamente. 

- ¿Esa era Yerai? - Indigo se queda perpleja y tarda en reaccionar para recoger sus cosas. Luego busca un rincón fuera de vista y se esconde ahí.

- ¡No... puedo creerlo... vistiéndome en la calle! - rápidamente se saca la ropa que traía y se revela un chico pequeño de aspecto frágil, el que era su largo pelo resultó ser una peluca lo que completaba su travestismo. Casi desesperado saca la ropa del interior de la mochila y se viste sin perder de vista lo que ocurre alrededor, de vez en cuando las impertinentes luces de algún vehículo lo sobresalta, pero en un par de minutos está casi listo.

- ¡Qué alivio, al fin abrigado!, está bien, sólo me cambio los zapatos... eso... ¡Listo! y esta otra ropa, ¿qué hago? hmmm... no puedo dejarla tirada acá, ¡qué diablos! - El chico termina empacando el vestido y la peluca en su mochila, los zapatos y la peluca, finalmente se abriga con la chaqueta, se limpia la cara casi desesperado con una toalla húmeda y trata de ordenarse un poco el cabello y corre hacia la entrada del condominio.

- Parece que ya me voy sintiendo mejor – Indigo siente el ruido de una notificación en su celular, escarba dentro de la mochila hasta que lo encuentra, es un mensaje de Yerai, la otra chica;

- ¡Cómo puedes ser así, Indigo, irresponsable, podría haberte pasado cualquier cosa!, no me despertaste y te fuiste solo, ¡En el hotel te vieron salir re mal!, ya, lo de la plata no importa pero al menos tenías que haberme despertado si querías irte, tuve que correr a vestirme, recoger tus cosas, pagar la habitación y llamar un auto por la aplicación, luego te vimos en la calle pero te escondiste así que te esperé en tu casa, ¡te hubiera traído!.

- ¿Eh?, pero el que debería reclamar soy yo, tuve muchos problemas para llegar- Indigo empieza a sollozar

- Me lo imaginé, pero fuiste muy imprudente, agradece que no te pasó nada, podrían haberte asaltado o incluso violado, ya, mañana hablamos.

- No sigas, por favor - Indigo llora - ¡Tenía mucho miedo ahí afuera! Después que me pasaste la ropa, tuve que vestirme en la calle, me moría de vergüenza

- ¡Hubiera sido épico ver eso!... Ya mi niño, lo que importa es que estás bien, pero los juegos tienen un margen de seguridad que siempre hay que tener presente, si te pasara algo yo soy la responsable, mañana conversamos, no llores bebé

Indigo ya acostado y calmado, luego de tomar la once y completamente recuperado piensa en todo lo que pasó hasta el momento en que llegó a esa habitación de hotel

- Menos mal que pude entrar sin problemas, sólo notaron que olía a perfume de mujer… ¡qué vergüenza!, traté de sacarme todo el maquillaje, pero no sé, ojalá tampoco lo hayan notado… ¿Qué me habrá dado esa Yerai?, sea lo que sea, me excitó demasiado, jamás en la vida experimenté ese nivel de calentura, además mi cuerpo... estaba todo sensible, cualquier roce era demasiado rico, independiente de dónde me tocara. A pesar de todo lo que pasó y de que llegamos a una etapa avanzada, aún no sé qué pensar de esta relación y si sea buena idea seguir con Yerai...