—Clark, ¿cómo te sientes? —preguntó Basil Jaak y su gente llegaron al hospital; Fantasma estaba de guardia a un lado. En ese momento, Clark, con su pierna derecha enyesada, se veía un poco demacrado, pero en general, sus lesiones no parecían graves.
—Maestro, gracias por venir a rescatarme. Estoy bien, el doctor dijo que son solo heridas superficiales, y podré ser dado de alta en un par de días. Por cierto, ¿denunciaste a esos secuestradores a la policía y los atrapaste? —preguntó Clark, acostado en la cama.
Clark desconocía las capacidades de Basil Jaak y su gente, así que todavía estaba preocupado por su seguridad.
—No hace falta llamar a la policía —dijo Blade—. No solo esos secuestradores, sino también el cerebro detrás de ellos, fueron atendidos por nosotros.
—¿Cerebro? ¿Alguien dirigió a estos secuestradores? Pero... yo no he ofendido a nadie recientemente, ¿por qué me tendrían como objetivo? —Clark expresó su confusión.