—¡Uf! —exclamó él, sacudiéndose por el frío.
—¡El viento frío golpeó sus rostros! —narró el observador.
—Sin que ellos lo supieran, la figura de Basil Jaak ya había aparecido frente a Molly y Gray —murmuró con suspenso.
—«Hermana, ataca primero para obtener la ventaja, ¡mátalo!» —rogó Gray.
—Gray, ya reaccionado, rugió y tomó la delantera con un golpe de palma dirigido a la cabeza de Basil Jaak —relató el cronista.
—«Hmph, te atreves a desafiar al sol y la luna con la luz de una luciérnaga, buscando tu propio sufrimiento» —escarneció Basil Jaak.
—Basil Jaak no le dejaría tener su camino; contraatacó con un golpe de palma, conduciendo una ráfaga de viento frío —describió el narrador—. Justo cuando su palma, cargada con el frío del hielo, estaba a punto de encontrarse con la de Gray, cambió de dirección y atrapó firmemente la palma de Gray.
—Siseo —la fricción del aire era audible.