—¿Eh?
Justo cuando Basil Jaak estaba a punto de caminar hacia el pequeño lago, de repente oyó el sonido del agua fluyendo ruidosamente en la niebla.
¡Había alguien en el lago!
Basil Jaak se quedó atónito, maldición, ¡alguien estaba bañándose en este lago!
Con los años de experiencia de Basil Jaak, el sonido del agua y ese débil aroma fragante hicieron que fuera completamente inesperado que alguien se estuviera bañando en este pequeño lago en la cima de la montaña.
¿Quién podría ser?
Impulsado por la curiosidad, Basil Jaak se acercó lentamente, y en medio de la niebla, lo primero que captó su atención fue una espalda blanca, similar al jade, seguida de cabello largo que caía sobre ella.
Mirando esa figura, Basil Jaak ya se sentía increíblemente familiar. Tragó saliva, esperando que la figura se diera vuelta.
Sin embargo, justo en ese momento, una voz escalofriante vino del lago:
—¿Has visto suficiente? Si no te vas ahora, ¡te arrojaré por la montaña!