—Austin Cliffe...
Murmurando este nombre, el corazón de Basil Jaak sintió un sabor indescriptible.
Ese arrogante, en la Conferencia de las Seis Islas, ambos habían luchado hasta un punto muerto, sin que ninguno pudiera reclamar la victoria, aunque Basil Jaak tuvo una leve ventaja en el mejor de los casos.
¿Quién hubiera pensado que después de la estrecha escapada de la muerte de Basil Jaak, Austin Cliffe también se había recuperado de sus graves heridas?
—Los buenos no viven mucho, pero una plaga dura mil años. ¡Jaja, parece que su vida al final será reclamada por mí! —Con un ligero suspiro, Basil Jaak se burló.
—Basil Jaak, una vez juraste en mi presencia que protegerías la Isla de Bambú. Ahora que la Isla de Bambú está en problemas, espero que no... —dijo Kitty More.