—Kenneth Bauer, ¿qué clase de trabajo hiciste? —su voz retumbaba de ira.
—¿No me dijiste que ya te habías ocupado de esas mujeres cuyos rostros fueron desfigurados?
—¿Por qué aparecieron en un evento como el de hoy, cómo puedes explicarme esto? —Ruth Amanecer estalló en furia, haciendo que sus secretarias, que la acompañaban, temblasen de miedo, sin atreverse a pronunciar una sola palabra.
Justo ahora, esas docenas de mujeres vinieron a armar un escándalo, y todos los periodistas se agolparon sobre ellas, tomando muchas fotos y videos.
Al ver a las mujeres con sus rostros arruinados, los socios internacionales presentes negaron con la cabeza y abandonaron la escena.
No querían terminar en la portada de los principales medios de comunicación, ya que todos eran figuras notables en las industrias farmacéutica y de belleza. Ser capturados por los reporteros y aparecer en los periódicos podría afectar negativamente tanto sus carreras como sus empresas.