Boom boom boom...
Veinticuatro truenos golpearon el cuerpo del Demonio Inmortal.
Esta escena dejó a todos en el campamento humano asombrados. Sabían que Zhang Zhongyi había dado su mejor esfuerzo pero no logró ninguna ventaja sobre el Demonio Inmortal, sin embargo, un joven misterioso parecía tener la ventaja con sus métodos estruendosos.
—¿Quién es él? —Zhang Zhongyi miró la espalda de Yang Chen, con el corazón lleno de emoción.
Independientemente de quién fuera Yang Chen, su aparición aquí aumentó la moral, ya que podía luchar de igual a igual con el Demonio Inmortal, lo cual era una hazaña rara.
—¿Cómo es que no sabía de tal talento en nuestro campamento? —Zhang Zhongyi suspiró en secreto, considerándolo un gran pecado.