—Yang Chen, ¡fuiste impresionante hace un momento! Por cierto, ¿puedes presentarnos a estos dos osos? —Varios discípulos de Beijngzong se rieron.
—Yang Chen no pudo evitar sonreír —dijo—. Anciano Oso Uno, Anciano Oso Dos, saluden a todos.
—Eh, hola —Anciano Oso Uno y Anciano Oso Dos se rascaron la cabeza con torpeza y emitieron sonidos amigables.
—Todos los discípulos de la Secta del Territorio del Norte también saludaron a los dos Osos Negros de la Montaña Negra, y el ambiente era muy animado.
—Wei Zheng y Yang Chen se familiarizaron bastante el uno con el otro, y ahora Wei Zheng admiraba a Yang Chen con todo su corazón, especialmente la espectacular escena de Yang Chen derrotando a Longhe, que capturó los corazones de cada discípulo de la Secta del Territorio del Norte.
—Si la brecha entre Yang Chen y ellos estuviera cerca, se sentirían celosos.
—Pero ahora la brecha es inalcanzable, y todo lo que les queda es admiración.