Este cambio causó un pánico generalizado entre todos los habitantes del Gran Desierto, quienes abrieron los ojos desorbitados mientras miraban al tótem. Algunos de los más temerosos ya estaban temblando y rogando por misericordia.
Sin embargo, sus súplicas eran algo que estas bestias demoníacas no podían comprender, y aun si lo hicieran, no tenían intención de dejarles ir.
Las personas con cuerpos de chicos y vírgenes fueron divididas en dos grupos y colocadas en diferentes ubicaciones: los chicos en un lugar y las vírgenes en otro.
Gu Mingyue estaba entre estas mujeres.
Muchas de esas mujeres ya estaban llorando profusamente, pero Gu Mingyue aún se mantenía firme. Aparte de que su cuerpo temblaba sutilmente, no había derramado ni una lágrima.
La muerte no le asustaba. Cuando había seguido a Yang Chen, había estado preparada para morir en cualquier momento. Al menos en ese caso, moriría por Yang Chen y su muerte tendría significado.