Gran Oso fue el primero en reaccionar, mirando a Yang Chen, lleno de dudas:
—Pequeño humano, ¿qué te pasa?
Aunque desconcertado, su mirada hacia Anciano Oso Uno y Anciano Oso Dos estaba llena de bondad y amabilidad. Este era un sentimiento íntimo compartido por la misma raza, una intimidad indescriptible. Porque todos estaban conectados por la misma sangre.
—Anciano, ¡realmente hay otros Osos Negros de la Montaña Negra en este mundo!
Anciano Oso Uno y Anciano Oso Dos abrieron los ojos de sorpresa.
Yang Chen habló suavemente:
—Senior, ¿puedo atreverme a preguntarle su nombre?
—Mi nombre, bueno... No tenía nombre, pero mi maestro me nombró Wei Batian, jeje, suena bastante poderoso. Puedes llamarme Wei Batian.
El viejo oso parecía un poco avergonzado. Wei Batian...