Escondido en el agua, la Bestia Inmortal con forma de dragón rugió en el cielo azulado por un tiempo antes de finalmente abandonar el área. Lo que llegó a sus oídos fueron los rugidos de la Bestia Inmortal, sus ataques resonando desde varios lugares, muchos de los cuales fueron quemados por las llamas que escupía. Sin embargo, los bosques del Reino Inmortal eran realmente extraordinarios, pues incluso sus impresionantes llamas no lograron encender un incendio forestal. Pasaron otras dos horas, y solo cuando no hubo más sonidos Pedro Brown emergió.