Viendo a tanta gente apresurarse hacia él, un destello de timidez cruzó el corazón de Peter Brown al principio, pero rápidamente, su mirada se volvió resuelta.
Una epifanía surgió en su mente, y Pedro se quedó ahí, perdido en sus pensamientos.
Todo este tiempo, Pedro había intentado mantener un perfil bajo tanto como fuera posible, pero cuanto más bajo era su perfil, más opresivo se sentía, y su cultivo parecía estancarse. Ahora, habiendo obtenido las innumerables Semillas del Destino Sagrado, Pedro se dio cuenta de que la actitud de un Santo era estar erguido con rectitud, despreciar todo lo demás, aplastar a todos los enemigos con gran poder. Si continuaba actuando con esa actitud de perfil bajo, probablemente estaría completamente en desacuerdo con la filosofía de un Santo.
¿La actitud de un Santo?
Pedro estaba algo confundido en su comprensión de este asunto.