Justo entonces, Peter Brown percibió claramente que las fluctuaciones de energía a su alrededor se volvían más intensas. Cuando miró a su alrededor, vio objetos que parecían enormes cañones siendo sacados, y de ellos emanaba una formidable aura.
Al ver a Peter observando los objetos, el Señor de la Ciudad soltó una carcajada y dijo:
—He estado esperando por ti mucho tiempo. Ya que has venido a mí por tu cuenta, ¡no pienses en irte!
¡Artefactos Inmortales!
Para entonces, Peter ya había comprendido que todos estos objetos acercándose no eran otros que poderosos Artefactos Inmortales.
Era la primera vez que Peter veía tan poderosos Artefactos Inmortales, y lanzó su Sentido Divino hacia ellos.
El Señor de la Ciudad volvió a reír y dijo: