El Gran Yermo Occidental no era un pequeño pedazo de tierra, sino una vasta región. Al atravesar esta tierra, Peter Brown no presenció más que desolación. No había vitalidad, ni vegetación, solo dunas de arenas movedizas, y ocasionalmente, se podían ver antiguos restos esqueléticos.
En tal lugar, había también una situación peculiar: parecía como si algún tipo de confinamiento estuviera en efecto, impidiendo a las personas usar energía para volar. Al entrar, la única opción era caminar.
Fue solo cuando Peter intentó usar el Barco Inmortal Oculto que se dio cuenta de que también estaba inmóvil.
«¡Qué lugar tan extraño!»
De repente, Peter sintió agudamente una intención asesina acercándose.
Sin pensarlo dos veces, Peter lanzó un puñetazo.
—¡Boom!
En el choque de grandes poderes, Peter notó que acababa de enviar a un hombre delgado volando con su puño.
Mirando al hombre, Peter no detectó ninguna aura de la Semilla del Destino Sagrado dentro de él.