Ren Feifan suspiró aliviado cuando escuchó —Puerta Oculta.
Es bueno que no hubiera errores.
Pero ahora ya se había perdido un día, lo que significa que en los próximos nueve días, debe obtener noticias sobre Ye Qingcheng.
Cada segundo cuenta.
Pero, ¿cómo encontrarla? De repente, su mirada cayó sobre las dos bellezas frente a él, que sin duda eran el mejor punto de avance.
Ren Feifan sonrió, justo cuando iba a salir del ataúd de piedra para preguntarles a las dos sobre la familia Ye, cuando la hermana mayor volvió a apuñalarlo con su espada larga.
—Chico, ¡aún no has respondido mi pregunta! ¿Quién eres exactamente?