Todas las miradas a su alrededor se dirigieron hacia el joven que se acercaba desde lejos.
Por alguna razón desconocida, una niebla misteriosa surgió dentro de la Formación, y un joven vestido con un cortavientos caminaba hacia ellos paso a paso a través de la niebla.
Los ojos del joven eran fríos como estrellas invernales, con cejas de espada desafiantes y altivas, labios finos levemente fruncidos, un perfil afilado y definido, y una figura alta, esbelta pero no robusta. Parecía un águila en la noche, orgullosamente solitario pero imponentemente poderoso, exudando un dominio que despreciaba al mundo.
Su paso era lento, cada paso transmitía un aura elusiva que era inescrutable.
Lei Hun observaba la escena ante él apretando inconscientemente los puños con fuerza, sintiéndose avergonzado y desesperado por ser llevado a tal estado por un cultivador mundano del Reino del Camino Verdadero. ¡Si no podía superar este desafío hoy, su vida habría llegado a su fin!